La cosa por aquí se ha normalizado por ahora, aunque parece que por el norte de la península la cosa está fatal. Bueno, según se mire, porque yo aquí me muero por estar en casa de la familia que tengo en Barcelona. Desde que empezó a nevar, no han dejado de llamarme para desconsolarme. ¡Y vaya si lo han conseguido! Qué ganas de pasar frío que tengo. Otro punto de vista tendrá la gente que lo está sufriendo, como aquellas que sufren inundaciones, o los doscientos mil abonados que en Gerona están sin luz desde hace ya un día, y no hay vistas de arreglo por ahora. Como dicen, nunca llueve a gusto de todos, y desde aquí les mando un beso y muchísimos ánimos a todos aquellos que están sufriendo lo peor de estos temporales.
Lo que es el clima, yo el domingo estuve dándome baños en el mar, y hasta cogí algo de color, y por allá arriba nevando de lo lindo.
Bueno, a lo que voy. Estoy pendiente de publicar una recetilla para el blog de El Futuro Bloguero, que me pide algo de estilo italiano. No problem. Ya la probé este fin de semana y esta misma semanita le saco fotos y la publico, verán qué rica. Mientras tanto, os enseño un entremés muy sencillito que se hace en un pis pás y que sale bastante resultón: son unos piquillos rellenos de atún. No sé de dónde saqué la receta original. Creo que se lo ví hacer al Arguiñano con carne y fui inventando (qué raro en mí) hasta que saalió a mi gusto. Estos son los ingredientes:
Una lata de pimientos del piquillo
Una lata grande de atún.
Media cebolla.
Un par de cucharadas de harina.
Un par de cucharadas de mantequilla.
Un vaso de leche templada.
Un poco de queso rallado.
Un pellizquito de nuez moscada.
Sal.
Picamos la cebolla bien pequeñita y la sofreímos en la mantequilla a fuego lento. Cuando esté transparente añadimos la harina y la tostamos un poco. Añadimos poco a poco la leche y cuando esté todo espesito, agregamos el atún bien desmigado. Probamos de sal y añadimos la nuez moscada.
Dejamos enfriar y con una manga pastelera (o con una cuchara como yo...) rellenamos los pimientos y los colocamos en un plato resistente al horno. Si sobra masa la ponemos en el centro del plato como en la foto. Espolvoreamos con queso y lo gratinamos en el horno un par de minutos. Sacamos y decoramos. Yo suelo decorar con un pellizquito e pimentón y perejil.
¡Hecho! Sencillo y muy vistoso, además de sabroso.